LAPRIDA.-
Las palabras de Julio Draghi sonaron a súplica, por los altoparlantes instalados en la rotonda que une los accesos a Lamadrid y Laprida, a unos 450 kilómetros al sudoeste de Buenos Aires. Pero surtieron efecto para convencer al centenar de asistentes a la asamblea de los chacareros de la zona, que decidieron permanecer en vigilia al costado de los caminos hasta conocer el resultado de la reunión entre el Gobierno y las cuatro entidades nacionales el próximo martes.
Esta asamblea, realizada en la rotonda sobre la ruta 51, fue una de las tantas que se realizaron ayer y que salpicaron de banderas, tractores y panfletos las rutas que cruzan Buenos Aires. Lo mismo ocurrió en San Pedro, General Belgrano, Junín, Azul, Olavarría y Pringles, entre otras ciudades.
Si hay algo de lo que sabe bien Draghi es de los paros. Fue uno de los tantos productores chicos que casi quedaron fuera del sistema en la década del 90, por lo que estuvo en varias protestas en sus 51 años de productor. "Para colmo, el intendente nos quiere subir la tasa vial; en algunos casos, el 100%. Le pedimos que esperara a que amainara el conflicto, y nos contestó que, sin ese aumento, no le cierran las cuentas porque todo subió. Y le respondimos que cómo podía ser, si el Indec dice que nada subió", relató Draghi, con una sonrisa pícara, mientras cebaba un mate.
Laprida y Lamadrid son partidos con unidades productivas chicas, dedicadas a la ganadería de cría, según explicó Mario Alberdi, presidente de la Sociedad Rural de Laprida. Por ello, y porque la unidad de producción está entre las 400 y 800 hectáreas, sus productores afirman ser los más afectados por la crisis de la carne. "Teníamos 360.000 animales en la penúltima vacunación y ahora tenemos 330.000. El 10% de la hacienda se fue del partido, y los criadores estamos quedando en la lona", indicó Alberdi.
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En amarillo, la Provincia de Buenos Aires, adonde están las localidades que se nombran en este artículo. En violeta, la Región Centro, con las tres provincias que, sumadas a Buenos Aires, constituyen la zona pampeana, que produce más del 80% de los productos agrícolas y el 45% de la producción industrial del país.
Enojo
Pero no sólo las medidas del Gobierno enojan a los habitantes de la zona. La falta de apoyo de intendentes y concejales es una herida demasiado profunda como para ser perdonada. "Deberíamos no pagar la tasa vial. Si intendentes y concejales eligieron apoyar a los Kirchner, que les pidan plata a ellos", sugiere uno de los presentes.
Quizás Alejandro Lecointre sea el único concejal que se salva de las críticas. Como productor y representante de la UCR en Lamadrid, se presentó en la asamblea para apoyar la protesta. "Hay que seguir reclamando, pero de una forma más inteligente. En vez de cortar rutas, habría que informar a la población de cómo se produce y qué es lo que se lleva el productor; proponer la compra cero; no invertir en nada y empezar a hablar de las mentiras de este Gobierno, que nos saca las retenciones pero no devuelve un peso", dijo Lecointre.
En general, la mayoría coincide con Lecointre en no continuar el paro con cortes de rutas. Proponen mantener la vigilia a la vera de los caminos; comprar y vender lo mínimo y hacer campañas masivas de difusión en pueblos, ciudades y caminos sobre cómo se forman los precios de los alimentos y cuánto recibe de ellos el productor.
Desde la asamblea de Olavarría, que congregó otro centenar de productores a cien kilómetros de Laprida, Norma Urruty coincidió. "No queremos desabastecer ni molestar a la población", advirtió la presidenta de la Sociedad Rural de Olavarría (que agremia a unos 1800 productores) y prosecretaria de Carbap.
Carlos Scoltore, pequeño productor autoconvocado de la cercana Colonia Artalejo, tiene un discurso parecido. "Yo quiero paz y un país que pueda progresar. Pero voy a pelear hasta el final, porque esto ya no es una cuestión de plata, sino de dignidad."
Por Mercedes Colombres
Enviada especial
"Tengamos paciencia, y fe. Sé que están enojados, pero esperemos un poco antes de llegar al corte de rutas. No le demos el gusto al Gobierno de enfrentarnos con la sociedad. Sigamos firmes al costado de los caminos, con nuestros amigos e hijos, hasta que escuchen nuestro reclamo."
Las palabras de Julio Draghi sonaron a súplica, por los altoparlantes instalados en la rotonda que une los accesos a Lamadrid y Laprida, a unos 450 kilómetros al sudoeste de Buenos Aires. Pero surtieron efecto para convencer al centenar de asistentes a la asamblea de los chacareros de la zona, que decidieron permanecer en vigilia al costado de los caminos hasta conocer el resultado de la reunión entre el Gobierno y las cuatro entidades nacionales el próximo martes.
Esta asamblea, realizada en la rotonda sobre la ruta 51, fue una de las tantas que se realizaron ayer y que salpicaron de banderas, tractores y panfletos las rutas que cruzan Buenos Aires. Lo mismo ocurrió en San Pedro, General Belgrano, Junín, Azul, Olavarría y Pringles, entre otras ciudades.
Si hay algo de lo que sabe bien Draghi es de los paros. Fue uno de los tantos productores chicos que casi quedaron fuera del sistema en la década del 90, por lo que estuvo en varias protestas en sus 51 años de productor. "Para colmo, el intendente nos quiere subir la tasa vial; en algunos casos, el 100%. Le pedimos que esperara a que amainara el conflicto, y nos contestó que, sin ese aumento, no le cierran las cuentas porque todo subió. Y le respondimos que cómo podía ser, si el Indec dice que nada subió", relató Draghi, con una sonrisa pícara, mientras cebaba un mate.
Laprida y Lamadrid son partidos con unidades productivas chicas, dedicadas a la ganadería de cría, según explicó Mario Alberdi, presidente de la Sociedad Rural de Laprida. Por ello, y porque la unidad de producción está entre las 400 y 800 hectáreas, sus productores afirman ser los más afectados por la crisis de la carne. "Teníamos 360.000 animales en la penúltima vacunación y ahora tenemos 330.000. El 10% de la hacienda se fue del partido, y los criadores estamos quedando en la lona", indicó Alberdi.
En amarillo, la Provincia de Buenos Aires, adonde están las localidades que se nombran en este artículo. En violeta, la Región Centro, con las tres provincias que, sumadas a Buenos Aires, constituyen la zona pampeana, que produce más del 80% de los productos agrícolas y el 45% de la producción industrial del país.
Enojo
Pero no sólo las medidas del Gobierno enojan a los habitantes de la zona. La falta de apoyo de intendentes y concejales es una herida demasiado profunda como para ser perdonada. "Deberíamos no pagar la tasa vial. Si intendentes y concejales eligieron apoyar a los Kirchner, que les pidan plata a ellos", sugiere uno de los presentes.
Quizás Alejandro Lecointre sea el único concejal que se salva de las críticas. Como productor y representante de la UCR en Lamadrid, se presentó en la asamblea para apoyar la protesta. "Hay que seguir reclamando, pero de una forma más inteligente. En vez de cortar rutas, habría que informar a la población de cómo se produce y qué es lo que se lleva el productor; proponer la compra cero; no invertir en nada y empezar a hablar de las mentiras de este Gobierno, que nos saca las retenciones pero no devuelve un peso", dijo Lecointre.
En general, la mayoría coincide con Lecointre en no continuar el paro con cortes de rutas. Proponen mantener la vigilia a la vera de los caminos; comprar y vender lo mínimo y hacer campañas masivas de difusión en pueblos, ciudades y caminos sobre cómo se forman los precios de los alimentos y cuánto recibe de ellos el productor.
Desde la asamblea de Olavarría, que congregó otro centenar de productores a cien kilómetros de Laprida, Norma Urruty coincidió. "No queremos desabastecer ni molestar a la población", advirtió la presidenta de la Sociedad Rural de Olavarría (que agremia a unos 1800 productores) y prosecretaria de Carbap.
Carlos Scoltore, pequeño productor autoconvocado de la cercana Colonia Artalejo, tiene un discurso parecido. "Yo quiero paz y un país que pueda progresar. Pero voy a pelear hasta el final, porque esto ya no es una cuestión de plata, sino de dignidad."
Por Mercedes Colombres
Enviada especial
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