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viernes, 20 de febrero de 2009

Talibanistan

No podía haber sido peor el comienzo de la presidencia de Obama también en materia internacional. En la semana que se inicia, en la región que representa su verdadero obsesión, el centro del Asia, han sucedido una serie de hechos realmente preocupantes para su gestión.




El día 17 se firmó en Malakand un tratado de paz entre el gobierno pakistaní y las milicias talibán de las regiones del Noroeste (FATA), comprendiendo entre otras a las provincias de Waziristán del Norte y del Sur, Bajaur, Khiber, Bannu, Swat e incluso Punjab y Baluchistán. Es decir prácticamente la mitad del territorio pakistaní.













En el tratado firmado el gobierno reconoce su incapacidad militar de poder restablecer el orden en tal región, capturar a la dirigencia talibán afgana y de Al Qaeda y, lo más importante, acepta la vigencia de la ley islámica o Sharia en todas las provincias antes aludidas, es decir prácticamente termina reconociéndoles una soberanía propia, si bien sean los jueces del sistema los que deban aplicar la nueva legislación.






Las primeras reacciones ante este hecho inusual han sido sumamente dispares. Si por el lado norteamericano y de la Otan ha primado la preocupación e incluso el furor, habiendo sido el principal testimonio de ello lo manifestado por la actual Secretaria de Estado Hillary Clinton quien dijo tajantemente que a partir de ahora en Pakistán están gobernando los extremistas.






Pero por el otro han sido sintomáticas las manifestaciones del movimiento talibán en su principal santuario del valle de Swat en donde hubo multitudinarias manifestaciones de celebración por el tratado.






En una de ellas, en la ciudad de Mingora, el Maulana Sufi Muhammad, quien fuera recientemente liberado tras haber permanecido 6 años presos por luchar contra EEUU, manifestó en forma desafiante que "el Islam odia la democracia en tanto la considera un sistema absurdo y perverso", que en lo sucesivo no habrá más partidos políticos ni por lo tanto corrupción y que la meta de todos es el Califato, esto es un gran imperio que se expanda por el mundo entero.











Algunos ya han bautizado a esta región como Talibanistán.




A estas contundentes declaraciones deben asociárseles los siguientes hechos.






En el día de ayer Rusia ha reconocido oficialmente que en su territorio en el Norte del Cáucaso está operando Al Qaeda con un grado de efectividad mayor de lo que aconteciera con la rebelión chechenia de la década del 90'. Ahora la guerra civil se ha extendido también a las repúblicas 'rusas' de Dagestán, Ingushetia y Osetia del Norte.



Mientras dicha rebelión siga vigente los próximos puntos conflictivos serán las repúblicas asiáticas de Uzbekistán, Tajikistán, Turkistán y Kirgistán que limitan con Afganistán estableciéndose así un muy vasto territorio propicio para la instauración del califato del que hablara el Maulana.

También en estas zonas las cosas se presentan negras para Obama, perdonando la redundancia.


Justo el mismo día en que iba a llegar a Kabul su delegado personal, los talibanes tomaron prácticamente la ciudad destruyendo dos ministerios y la misma prisión.


Ha llamado poderosamente la atención la suma lentitud con la que el mandatario americano intenta resolver los acuciantes problemas que presenta tal frente de combate respecto del cual manifestara en su campaña que habría de incrementar sus tropas. A una primera decisión de enviar 30 mil soldados de refresco para duplicar el contingente de su país, en el día de ayer acaba de dar una significativa marcha atrás reduciendo el contingente a casi la mitad.

Además ya ha mostrado anticipadamente su fracaso el intento del Gral. Petraeus, nuevo jefe militar en la zona, de querer imitar su experiencia relativamente exitosa en Irak de crear una fuerza de Despertados, es decir de mercenarios rentados para luchar en contra de Al Qaeda. La gran diferencia que existe entre ambos países estriba en que en el primer caso el incentivo era el de luchar contra una fuerza que no era autóctona al menos en su origen, como las huestes de Bin Laden, lo cual no es lo que sucede con el caso de los talibanes afganos.


Y como si no fueran suficientes los desaguisados, Kirguistán acaba de ratificar el cierre de la base norteamericana de Manas sita en su territorio, por razones presupuestarias. La crisis económica que viven los EEUU les ha impedido actualmente pagar un reajuste en el alquiler.

Ello resulta sumamente grave para Obama pues si le agrega también el hecho de que se ha cerrado la frontera con Pakistán por la constitución del nuevo emirato de 'Talibanistán', las tropas de la Otan se encuentran totalmente aisladas y dependerán en lo sucesivo de la ayuda de Rusia y de sus países satélites como Uzbekistán para poder sobrellevar una guerra que a todas luces ya se encuentra perdida.






Rusia ha aceptado de buen grado intervenir en esta contienda del mismo lado de los EEUU y ha logrado que a cambio de ello este país disminuya los alcances de su escudo misilístico en Europa.








Sin embargo no deja de preocuparla el riesgo de que al tener a Al Qaeda ya operando en su territorio, un mayor compromiso en la contienda pueda también incrementar la situación de guerra en lo interior de su país.




Ante esta suma de malas noticias para Obama son ya muchos los que empiezan a poner en duda su capacidad real para hacer frente a las circunstancias.



A ello debe asociarse que se ha enemistado ostensiblemente con el presidente afgano Karzai a quien ha acusado abiertamente de corrupto y que lejos de haber suspendido los inútiles y contraproducentes 'bombardeos inteligentes' en Afganistán y Pakistán, por el contrario los ha incrementado produciendo un promedio diario de unos cincuenta civiles muertos en los dos países

martes, 3 de febrero de 2009

Noticias que no se leen en los periodicos...

Se proclama el emirato del Cáucaso








La información se remonta al pasado 22 de noviembre, fecha en la cual se proclamara, bajo las mismas barbas de Putin, el Emirato del Cáucaso, espacio geográfico que pretende agrupar a un conjunto de territorios que pertenecieran a la ex Unión Soviética y que en algunos casos siguen formando parte de la actual república rusa, y que tienen en común el hecho de contar con una mayoría de musulmanes.



Forman parte del nuevo emirato las siguientes regiones: Daguestán, Chechenia, Ingushetia, Ossetia, la estepa de Nogay y un conjunto de áreas de la región de Kabardino-Balkana y de Karachay-Cherkessia.



El nuevo emir es Doku Umarov, un sobreviviente de la rebelion chechenia en contra de la ocupación rusa y que ha sustituido en la jefatura de tal movimiento independentista a Shamil Basayev que fuera muerto en combate.






Es de destacar la estrecha vinculación existente entre este movimiento y Al Qaeda pues en ambos casos se sostiene como metas el emirato y la sustitución de la legislación vigente de carácter “infiel” y moderna por la tradicional Sharia o ley islámica.


Asimismo en la declaración de principios del nuevo emirato se proclama la necesidad de “combatir a los infieles”.


“Nosotros, los Mujaidines, expulsaremos a los infieles y restableceremos la Sharia de Allah en nuestra tierra”, expresa Umarov en su proclama, “De aquí en más estas tierras dejarán de llamarse ‘República nord-caucásica, ‘república trans-caucásica’ u otras denominaciones, para volver a formar parte del Islam tradicional”.


Las metas de los jihadistas Chechenios son las siguientes: primera, expulsar a los no-musulmanes e implementar la Sahria; segundo expandir la jijad por todo el Cáucaso. Esta región se encuentra actualmente ocupada por infieles y es Dar al-Harb, territorio de guerra. ...


Nuestra tarea prioritaria es convertir al Cáucaso en Dar al-Islam, estableciendo la Sharia.



Asimismo Umarov proclama su apoyo incondicional a la lucha que el Islam está desarrollando en otros territorios.


"Hoy en día en Afganistan, Iraq, Somalia y Palestina nuestros hermanos están combatiendo con heroísmo”, manifiesta. "Todo aquel que ataque al Islam es nuestro enemigo. Nuestro enemigo no es solamente Rusia, sino también los Estados Unidos e Israel”.


Abu Hafs al Urduni, líder de al Qaeda en Chechenya, proclamó hace seis meses la jihad en tal region bajo el liderazgo de Doku Umarov luego de la muerte en combate de su anterior jefe militar Basayev.

En noviembre de 2006,
Umarov había sido herido en combate con los rusos habiendo podido escapar milagrosamente de caer prisionero.

Esta nueva circunstancia sirve para limar las asperezas que hoy existen entre EEUU y Rusia respecto de que en tal país no hay suficiente democracia. Existe ahora un problema ante el cual todos los otros quedan subordinados.


Es el mismo por el cual ambos países colaboran estrechamente en Afganistán para derrotar al mismo enemigo.


La guerra del Cáucaso no es difundida para restarle entidad al enemigo.