domingo, 1 de junio de 2008

Iran ejecuta a los que abandonan el Islam y se convierten al cristianismo y a Bahai.

En Irán, las reuniones de los creyentes en Cristo son prohibidas.
Es mas, convertirse del Islam al Cristianismo se castiga con la muerte.
Aun así, muchas personas arriesgan sus vidas por su fe. George Thomas anduvo clandestinamente en Irán para traernos la historia de la iglesia subterránea.


Es martes en la noche. Un poco después de las 7pm. Y como siempre, las calles están abarrotadas de iraníes que se dirigen a sus casas en la noche. Son pocas las calles que compiten con la locura del tráfico de Teherán.

El evento ha sido organizado totalmente en secreto. Las mujeres y los niños llegan en forma individual. Una vez adentro, abandonan los pañuelos que usan en sus cabezas y que son obligatorios por la ley islámica de Irán. Poco tiempo después, un grupo de muchachos jóvenes entran en el edificio tratando de evitar ser detectados.

Pero aquí la gente no está planeando una manifestación política o conspirando para derrocar al régimen. Se han reunido a puertas cerradas.... para adorar a Jesucristo.

Por razones de seguridad, no podemos enseñarles sus rostros. Pero uno puede escuchar que aumentan el sonido de canciones.

Aunque no sería algo extraordinario en otros países, aquí en Irán este tipo de reunión es ilegal. Y se debe a que la mayoría de las personas en esta habitación se ha convertido del Islam al Cristianismo. Y en un país gobernado por la ley islámica, Y cuya población Musulmana es de un 99 por ciento, convertirse al cristianismo conlleva la pena de muerte.


George Thomas: ¿No tiene miedo?

Leila (Cristiana Iraní): No. Si actuara con mis propias fuerzas, por supuesto que tendría miedo, pero tengo dentro de mí al Espíritu Santo y El me da fuerzas para no tener miedo"


Leila asiste a esta reunión. Es una joven de 23 años, pero Leila no es su verdadero nombre. Hemos cubierto su rostro para proteger su identidad. Anteriormente Leila era una musulmana devota, pero hoy comparte calladamente el Evangelio en los recintos de las universidades más selectas de Teherán.

George: ¿Es duro compartir el Evangelio?
Leila: No es fácil. Hay que tener mucho cuidado. Pero encuentro a tantos estudiantes hambrientos por creer en algo. Mi deseo es compartir a Cristo con ellos. Cuando uno tiene algo especial dentro del corazón, uno quiere compartirlo con los demás"


Amir, otro convertido del Islam, tiene la misma carga de compartir a Cristo. Nuevamente, necesitamos proteger su identidad. Amir y un puñado de otros creyentes secretamente predican en Qom, la ciudad santa de Irán.

Se encuentra a unos 130 kilómtros al sur de Teherán, y es la sede espiritual de los clérigos que gobiernan el país.

Amir (Cristiano Iraní): "Qom es donde se encuentran las escuelas Islámicas más importantes del mundo. Todos los religiosos que gobiernan este país han estudiado en Qom. El Señor me dio el don de la enseñanza y me dio el llamamiento de venir a esta ciudad para compartir el Evangelio con estos hombres. Y una cantidad de ellos han aceptado a Jesucristo."


Leila, Amir y muchos otros que se encuentran en esta reunión de oración son del grupo de Iraníes menores de 30 años que forman el 70 por ciento de la población. Pocos recuerdan la revolución Islámica que empujó a los radicales al poder en 1979.

Públicamente, esta generación más joven obedece las reglas estrictas impuestas por los de línea dura de Islam. En privado, viven como quieren.

Amir: "Más del 80 por ciento de ellos están deprimidos. Están decepcionados. Sienten que no tienen futuro. Se sienten muy enojados de que nada bueno ha resultado de la revolución Islámica"


George: ¿Se están rebelando en contra del Islam?

Leila: Sí. Ellos sienten que esta religión siempre los quiere condenar. Hay demasiadas restricciones impuestas en ellos. Constantemente se les dice lo que deben o no deben hacer. Hay tantos ya cansados de escuchar esto y se están aburriendo del Islam"


Las mezquitas que anteriormente estaban llenas antes de la revolución hoy muchas veces se encuentran vacías.

Leila: "La gente joven dice que no tiene religión, no tiene ninguna creencia. ¡Muchos dicen que ni siquiera son musulmanes!"


Amir: "El precio por convertirse puede significar mucho pero como dijo Jesucristo, si queremos seguirle a Él, debemos renunciar a todo, incluyendo la vida misma."


En la última década, muchos creyentes iraníes han pagado con su vida. La mayoría asesinada fueron musulmanes convertidos.

Varios se encuentran encarcelados por esconder sus conversiones al Cristianismo.

A pesar de los grandes retos, los Iraníes hoy más que nunca están abiertos al Evangelio. El Internet y la televisión por satélite les proporcionan mayor acceso al mensaje de Jesucristo.


Fuente: George Thomas, CBN News para Mundo Cristiano

Notable video: Genocidio de cristianos originales de Oriente Medio a manos del Islam

No hay comentarios:

Publicar un comentario