jueves, 5 de marzo de 2009


El capitán de la Wehrmacht (Ejército alemán de entre 1921 y 1945) Wilm Hosenfeld, que se hizo conocido a través de la película El pianista del director Roman Polanski será honrado póstumamente en Israel como "justo entre los pueblos".

Desde la década de los años sesenta, la institución Yad Vashem, que recibió el año pasado el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia, entregó esta distinción a más de 22.000 personas que ayudaron a los judíos a escapar o sobrevivir durante la Segunda Guerra Mundial que se desarrolló entre 1939 y 1945.

Yad Vashem, que recuerda a las víctimas del Holocausto, comunicó que una comisión decidió otorgar esta distinción en base al estudio y la investigación de una serie de nuevos documentos. En la película El pianista (2002), de Roman Polanski, se muestra cómo Hosenfeld ayudó al pianista polaco de origen judío Wladyslaw Szpilman (interpretado por Adrien Brody, quien ganó un Oscar por este papel en 2003) en las ruinas de Varsovia. En un escondite, aprovisionó a Szpilman con mantas y alimentos.

Hosenfeld fue destinado a Varsovia en julio de 1940. Allí trabajó de oficial de deporte y cultura, y participó en los interrogatorios a los prisioneros durante el levantamiento en el gueto de Varsovia en 1944.

Tras la guerra, fue condenado a cadena perpetua por los tribunales soviéticos que juzgaron a los prisioneros nazis. Su pena fue conmutada a 25 años, pero murió en 1952 en una cárcel soviética, cuando tenía 57 años.

Después de sobrevivir a la guerra, Szpilman escribió a Yad Vashem, así como en sus diarios -que se convirtieron en la base de la película- que en noviembre de 1944 Hosenfeld le ayudó a encontrar un escondite y le dio mantas, comida y apoyo moral.

Según Yad Vashem, junto a Szpilman también un segundo superviviente judío de nombre Leon Wurm declaró que Hosenfeld lo ayudó. La comisión responsable, sin embargo, esperó a otorgar la distinción a que se esclareciera si Hosenfeld había participado en los crímenes de guerra durante el levantamiento del gueto de Varsovia. También necesitaba clarificar su papel como interrogador.

Nuevo material, como por ejemplo el diario de Hosenfeld y cartas enviadas a su mujer, evidenciaron "la consecuente posición de repudio a la política nazi con respecto a los judíos". Estaba en contra de la opresión a los polacos, la persecución a los clérigos polacos y el maltrato a los judíos. Con el inicio de la "solución final", expresó su "horror" por el asesinato de judíos en campos de concentración.

En sus escritos, el capitán alemán demostró su creciente desprecio con respecto a los crímenes nazis.

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