domingo, 6 de septiembre de 2009

Dios se manifiesta a traves de las personas más impensadas. El empleado bancario británico que salvó 669 niños del Holocausto.





6/9/2009


Los niños rescatados por Nicholas Winton

Nicholas Winton fue un empleado de un banco británico que, en 1939 y con 30 años, decidió disfrutar sus vacaciones en Suiza.

No cumplía ninguna misión oficial y carecía de vínculos diplomáticos. No tenía contactos secretos. Pero, cuando en marzo de ese año, Alemania Nazi ocupó Checoslovaquia, escuchó la orden secreta de su corazón y, en lugar de Suiza, viajó a Praga. Allí, miles de niños -muchos huérfanos- esperaban, en pánico, su futuro en los diferentes campos.
Winton no era judío ni tenía allegados judíos. Tampoco los había entre sus conocidos y amigos. Simplemente sintió que debía ayudar a personas que habían caído en desgracia. En vano se dirigió al gobierno de su país y al de otras naciones. En todos lados fue rechazado. Sus temores parecían exagerados o faltos de fundamentación.

Por su iniciativa (y al principio por su propia cuenta), Winton fundó la "Asociación de ayuda de los niños checoslovacos". Fue su presidente, tesorero y único empleado. En nombre de la Asociación, intentó encontrar hogares entre las familias británicas para los niños de Checoslovaquia y Eslovenia -en su gran mayoría judíos- cuyo viaje hacia Gran Bretaña organizaron los amigos checos de Winton.

En Gran Bretaña, Winton encontró hogares dispuestos a recibir a los niños. Lo hizo, de acuerdo a lo que contó después, a través de anuncios y escritos con quienes le respondían. Si una familia escocesa, recuerda, pedía una niña de 10 años, rubia en lo posible, Winton le enviaba a la familia fotos de 10 niñas para que eligiera entre todas ellas.

En el transcurso del verano, partieron hacia Gran Bretaña, 669 chicos. Muchos fueron separados, en la estación de trenes de Praga, de sus padres y familiares. Nadie sabía hacia donde irían y si se encontrarían, alguna vez, con sus padres. Así es que muchos de esos progenitores fueron masacrados en Auschwitz. El último grupo, estaba destinado a partir desde Praga, el 3 de septiembre de 1939, pero se postergó. Dos días antes, Alemania Nazi invadió Polonia y se inició la guerra. Winton consiguió encontrar un hogar para cada uno de los niños. Después de la Guerra, se dispersaron por todo el mundo, desde Israel hasta Sudamérica. Winton no continuó el contacto con ellos. Sintió que encontrándoles un hogar, terminaba su tarea del mejor modo.

En el presente, al cumplirse 70 años del estallido de la Guerra, un tren de recordación, partirá desde Praga hacia la estación de Liverpool en Londres, recorriendo un trayecto de 1300 km. por el que viajaron entonces, los 669 chicos, en su huída del infierno nazi. El tren-que reconstruirá la expedición-es semejante a los trenes de la Segunda Guerra Mundial, movido por vapor y conformado por vagones de la época, reunidos en varias naciones europeas. Entre los vagones figurará también el presidencial que sirvió al mandatario checoslovaco en los años 20-30, Thomas Masaryk.

La expedición, que se prolongará a lo largo de 4 días, partió de la estación central de Praga -la misma desde la cual partieron los niños de Winton y en donde se despidieron de sus padres, algunos para siempre- atravesará Alemania y por Holanda llegará hasta la costa. Desde allí, los pasajeros, serán trasladados a una ferry que los conducirá a la isla británica. En Gran Bretaña los esperará un tren histórico que los transportará a Londres. Los sobrevivientes y sus familiares suman, en la actualidad, 5000 personas. 240 participarán de la travesía, acompañados por gente pública y políticos. Al final del viaje, al llegar a la estación de Liverpool en Londres, Sir Nicholas Winton los estará esperando.

Winton ha cumplido hace tiempo sus 100 años de vida.

Helen Zinger partió con el último contingente de niños, enviados desde Checoslovaquia hacia Gran Bretaña, antes del estallido de la guerra. Zinger, hija de una familia que emigró a Checoslovaquia, después del ascenso de los nazis en Alemania, no sabe de qué modo nació el vínculo entre Winton y sus padres. Pero en julio del mismo año, cuando cumplía sus 14 años, subió al tren. "No sabía a dónde me dirigía, dónde me enviaban". Arribó al hogar de una familia judía alemana que vivía en la ciudad portuaria. Padeció las explosiones y en las cartas que la familia logró recibir en Checoslovaquia, durante la guerra, aparecía el código: "La niña llora", código familiar dado a las explosiones.

"Ella escribía que el niño llora todas las noches", cuenta su hermana, Hana Schilowitz. "Mi madre se enloquecía porque pasaban dos meses hasta que las cartas sorteaban la censura, en Gran Bretaña, uno de los países neutrales. Ella no sabía que pasaba con Helen desde el momento en que escribía la carta".

Pero Helen transcurrió la guerra en paz y cursó sus estudios. En cuatro años desde que arribó a Gran Bretaña, sin saber una palabra de inglés, fue aceptada en los estudios de Filosofía, Economía y Política, en la Universidad de Oxford. Su madre y hermana permanecieron en el gueto Theresienstadt y sobrevivieron. Su padre fue enviado a Auschwitz con el último grupo que partió desde el gueto y murió. Luego de la guerra, la madre y la hermana se encontraron con Helen a instancias de un soldado británico que Hana encontró en el gueto y que desarrolló una búsqueda para encontrarla. "Mamá quiso que Helen regrese, de inmediato, a casa al finalizar la guerra, pero el padre adoptivo pidió que permanezca un año más hasta completar su título, y así fue", cuenta Hana. En 1962, Zinger emigró a Israel junto a sus dos hijos.

Una valija en el techo

Con el tiempo, Winton se convirtió en Sir, luego de obtener el título por parte de la Reina, en reconocimiento a su labor. Pero de modo sorprendente, no es el rescate de los niños checoslovacos lo que le brindó el honor real, sino su labor a favor del bienestar de los ancianos británicos. La salvación durante la guerra fue, para Winton, algo tan natural que, incluso, no se lo mencionó a su esposa, Garda. La luz sobre ello, se hizo cuando al cumplirse 50 años, Garda buscó algo en el altillo de su hogar y halló una valija vieja. En su interior había formularios de la época de la guerra donde figuraba, la lista con 669 nombres de niños rescatados.

Garda se comunicó con la historiadora Elizabeth Maxwell y ella organizó en un programa televisivo de la B.B.C., un encuentro entre Winton y algunos de sus rescatados. Desde entonces y hasta la actualidad, Winton despierta gran interés en Gran Bretaña y en otras naciones. En éstos días se filmará una película sobre él.

En 1998, el presidente checo, Vaclav Havel, le otorgó a Winton la orden Masaryk. Los alumnos de una escuela secundaria checa, decidieron firmar una solicitud que convoca a otorgar a Winton el Premio Nóbel. Hasta el momento, reunieron 53 mil firmas.

Si Winton recibirá el Premio Nóbel, es una pregunta aún. Su acción de rescate, se convirtió en material de estudio. En las escuelas checas y eslovacas, crearon una serie de textos, sobre Winton y su labor. Más de 100 alumnos participaron de una competencia literaria. Escribieron, fotografiaron y filmaron, con el objetivo de demostrar que en nuestro efervescente mundo, se puede elegir estar, del lado del bien.



Fuente: cidipal

No hay comentarios:

Publicar un comentario