sábado, 10 de noviembre de 2007

A vibrar mi amor....

La forma más extraña de adelgazar













Ratones sometidos a pequeñas vibraciones perdieron grasa corporal y ganaron masa ósea

Sábado 10 de noviembre de 2007

NUEVA YORK (The New York Times). – Clinton T. Rubin sabe muy bien que los resultados que obtuvo son sorprendentes, que nadie ha estado tan desconcertado como él. Y advierte que es demasiado pronto para sacar conclusiones respecto a los humanos. Pero, se pregunta, ¿qué pasa si….?

El doctor. Rubin, director del Centro de Biotecnología de la Universidad Estatal de Nueva York, Estados Unidos, ha hallado que, en los ratones, un simple tratamiento que no aplica drogas parece hacer que sus células se conviertan en hueso en lugar de grasa.

Todo lo que él hace es poner a los ratones en una plataforma que vibra con una frecuencia tan baja que algunas personas no lo pueden sentir. Los ratones permanecen allí durante 15 minutos por día, cinco días a la semana. Luego, tienen 27% menos grasa que los ratones que no pasan por la plataforma y, además, adquieren más densidad ósea.

Historia de un hallazgo

La historia del hallazgo, que fue publicada online y apareció en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, comenzó en 1981 cuando Rubin y sus colegas empezaron a preguntarse por qué había pérdida de hueso al envejecer y con la inactividad. Se sabe que los huesos "o los usas o los pierdes –afirmó el Rubin–. Los astronautas pierden 2% de la masa ósea por mes. La gente un 2% por década luego de los 35 años de edad. Luego, si se observa el otro lado de la ecuación, los profesionales del tenis tienen 35% más en el brazo con el que juegan. ¿Qué pasa con las transmisiones mecánicas que hacen que el brazo de Roger Federer sea tan grande?"

Al principio, él reconoció que el efecto del ejercicio provenía del fuerte impacto, el golpeteo de los huesos de la pierna cuando los pies del corredor golpean la tierra o el golpe que reciben los huesos cuando el jugador golpea la pelota con el brazo. Pero Rubin estudió ingeniería biomecánica y eso lo llevó a considerar otras posibilidades. Transmisiones de fuerza muy grandes en realidad pueden ser contraproducentes, dijo. Y agregó: "Si grito al hablar por teléfono, no se me escucha mejor. Si enciendo una luz muy brillante delante de sus ojos, usted no ve mejor"

A través de los años, él y sus colegas, descubrieron que las transmisiones de alto impacto, como las producidas por el pie contra el pavimento, no eran las que afectaban predominantemente al hueso. En cambio, el mismo responde a transmisiones que eran de alta frecuencia pero de bajo impacto, más parecidas a un zumbido que a un golpe.

Esto tiene sentido, continuó, porque los músculos tiemblan cuando se contraen y ese temblor es la transmisión que predomina sobre los huesos. Esto ocurre, por ejemplo, cuando la gente se queda quieta y sus músculos se contraen para mantenerla derecha. Cuando las personas envejecen, pierden muchos de esos músculos posturales, lo que las hace menos capaces de mantener el equilibrio, más aptos para la caída y quizás, propensos a la pérdida de masa ósea.

"El hueso es bombardeado por pequeñas transmisiones provenientes de las contracciones musculares", afirmó Rubin. El descubrió que, al menos en los ratones, ovejas y pavos, pararse sobre una plancha vibradora plana, producía aumento de la masa ósea. Algunos estudios en humanos, niños con parálisis cerebral que no se podían mover demasiado por sí mismos, y mujeres jóvenes con baja densidad ósea, indicarían que las vibraciones podrían también ayudar a aumentar la masa ósea en humanos.

A vibrar

El doctor Rubin y sus colegas sacaron una patente y formaron una compañía para fabricar las placas vibradoras. Pero tanto él como otros advirtieron que no se sabe si pararse sobre ellas fortalece los huesos de los humanos. Aún cuando se supiera, nadie sabe la dosis correcta. Es posible que aún cuando haya un efecto, la gente pueda excederse en su uso y perjudicar sus huesos en lugar de mejorarlos.

Algunas respuestas pueden provenir del tribunal clínico federal que incluye a 200 ancianos que viven del asistencialismo. Está dirigido por el doctor Douglas P. Kiel, investigador en osteoporosis y director de investigación médica del Instituto de Investigación del Envejecimiento de Harvard. El trabajo con animales le dio esperanzas que las plataformas vibradoras puedan tener efecto sobre los huesos de los humanos.

"Este trabajo es fascinante y muy legítimo" aseguró el doctor Kiel. Pero luego el doctor Rubin informó que los ratones además habían perdido grasas lo que llevó a planes para observar si también había habido cambios en la grasa corporal.

Rubin afirma que decidió observar si las vibraciones afectan a la grasa porque él sabe lo que sucede con la edad: la médula ósea se llena con grasa. En la osteoporosis, los huesos no sólo se adelgazan, sino que su textura se vuelve menos densa, y dentro de los poros que se forman hay grasa. Hace unos pocos años atrás, los científicos descubrieron una célula madre en la médula ósea que puede convertirse en grasa o en hueso, dependiendo de las señales que recibiera.

Nadie sabe porqué hay grasa en la médula ósea, es posible que provea energía a las células óseas que ya no funcionan, sugiere el doctor Clifford J. Rosen, director del Maine Center para la Investigación y el Estudio de la Osteoporosis. Y nadie sabe si las células grasas humanas alguna vez dejan la médula ósea para trasladarse a otro lugar.

Pero Rubin tuvo una idea. "Pensamos, esperemos un segundo –dijo–. Si estamos estimulando mecánicamente a las células para formar hueso, ¿qué es lo que no está pasando? Pensamos que quizás estas células óseas madres están conduciendo a un camino de decisión. Puede ser que no se conviertan en células grasas."

Visitó a Jeffrey E. Pessin, experto en diabetes en Stony Brook y presentó su hipótesis. El doctor Pessin rió ruidosamente. "Casi me echó de su consultorio", expresó Rubin. Pero cuando Rubin decidió continuar de todas maneras, Pessin se le unió. Su esperanza era ver un pequeño efecto sobre la grasa corporal luego que los ratones estuvieron en las plataformas durante 15 minutos por día, 5 días por semana, durante 15 semanas. Rubin estaba asombrado de obtener un 27% de reducción.

Algunos investigadores en obesidad, sin embargo, afirman que puede haber otras razones para que los ratones perdieran grasa.

Quemar calorías

"Es un estudio muy interesante", afirmó Claude Bouchard, investigador en obesidad que es director del Centro Pennington para Investigación Biomédica en la Universidad Estatal de Louisiana. Pero se pregunta si los ratones estaban o no, simplemente quemando más calorías cuando fueron puestos en la plataforma.

"Me parece–manifestó el doctor Bouchard–, que si yo fuera puesto como un ratón en una plataforma que vibrara 90 veces por minuto, trataría de aferrarme a la superficie para no ser lanzado fuera. Probablemente tensaría mis piernas un poco. Eso significa gasto de energía." El estrés puede ser otro factor, agregó. El estar parados sobre una plataforma puede haber asustado a los ratones y podrían haberse puesto muy nerviosos.

El doctor Rudolf L. Leibel, investigador en obesidad, codirector del Centro de Diabetes Naomi Berrie, de la Universidad de Columbia, tiene cuestionamientos similares. Una plataforma que a un humano le parece que apenas vibra, un ratón la puede sentir como si fuera un terremoto. El doctor Leibel agregó: "Podrían haber estado terriblemente asustados", lo que puede afectar los datos del estudio.

También cuestionó la idea de que las células precursoras de la médula ósea podrían convertirse en células grasas en el resto del cuerpo, y llamó a esto "una noción controvertida y diría que incorrecta". Si los ratones en la plataforma adelgazan y si comen tanto como los que no están en ella (como informó Rubin) deben quemar más calorías, dijo el doctor Leibel.

Otros tienen más esperanzas. "Esto es muy interesante", aseguró el doctor John B. Buse, investigador en diabetes de la Universidad de Carolina del Norte, que es presidente de ciencia y medicina en la Asociación Norteamericana de Diabetes. Si resulta que se puede aplicar también a la gente, sería grandioso para la diabetes, agregó. Destacó que las personas con diabetes de tipo 2 tienen la posibilidad no sólo de tener sobrepeso sino también, problemas con sus huesos.

Sin embargo el doctor Buse espera estudios más definitivos en humanos. "Es casi demasiado bueno para ser verdad", concluyó.

En la foto, comparación de un hueso tratado 20 minutos al día durante un año con vibraciones, con un hueso no tratado de la misma edad.

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