Los iraníes acusan al príncipe saudita Bandar bin Sultan, ex embajador en los EE.UU. de estar involucrado en el asesinato de Moughniyeh, en combinación con funcionarios sirios que ya tendrían una relación de larga data con los aparatos de inteligencia y seguridad de ese reino árabe, el que respalda estrechamente a las fuerzas libanesas que componen la alianza antisiria.
Algunos informes sostienen que el príncipe Bandar ordenó el asesinato del mencionado terrorista libanés para vengar el atentado contra el complejo conocido como Torres Khobar, que tuvo lugar en la ciudad saudita de Dhahran el 25 de junio de 1996 y en el que murieron 19 ciudadanos estadounidenses y quedaron heridas 131 personas. Sin embargo, la complejísima operación que culminó con la vida de Imad Moughniyeh no parece haber estado inspirada en una simple venganza, sino ser parte de una estrategia cuya ejecución podría derivar en serias implicancias geopolíticas regionales.
Fuente: Horacio Calderón
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