jueves, 22 de mayo de 2008

La Sulha: sabiduría beduina para la paz

Excelente artículo sobre la Sulha

Guillermo Lipis (Desde Israel)

Entre los beduinos existe un sistema de resolución de conflictos infalible en los últimos 300 años.




Se llama Sulha, y se utiliza para que dos o más familias, reunidas y coordinadas por un consejo de sabios, arreglen sus problemas.

Con este espíritu, el argentino Gabriel Meyer, hijo del rabino Marshall Meyer, creó ‘Hacia la Sulha ’, una ONG dispuesta a aportar a la paz en la región reuniendo israelíes y palestinos dispuestos a abandonar los sistemas violentos para resolver sus conflictos.


Gabriel Meyer mantiene un sueño desde pequeño. Una idea heredada de la familia rabínica que lo ayudó a crecer en ese sueño de la convivencia integrando las diferencias.

“Desde chico era buen jugador de fútbol. Empecé y terminé mi carrera en los equipos de Bet El y Hacoaj. Soy hincha de Boca, y aprendí mucho jugando al fútbol”.


¿En qué posición jugaba?




De cinco, era un mediocampista que hablaba mucho. El fútbol me dio herramientas para liderar grupos. Mis primeros conceptos de liderazgo los aprendí de mi padre y del fútbol que jugué en la Argentina.


Desde los 3 años transmitía partidos en los que Mahoma, Moisés, Buda y Jesús formaban parte de un mismo equipo. Yo tenía esa fantasía de chico; también me enamoré de la mujer de Moisés, después de María Magdalena… no sé… era particular, y a pesar de ello mi viejo siempre me apoyó. Incluso cuando me expulsaron del jardín de infantes de Bet-El.


“Papá me llevaba a su oficina, en el Seminario Rabínico, y yo jugaba con mis avioncitos mientras él recibía a las madres de desaparecidos a las que me presentaba como su maestro.



“A los 16 años crecí de golpe cuando fundamos el Movimiento Judío por los Derechos Humanos (MJDH) con mi padre y Herman Schiller, entre otros. Con esta iniciativa salí a la sociedad argentina como judío, sin miedo, y bregando por la justicia y por un país distinto en medio de la dictadura”.


Hacia la Sulha

“Cuando empezó la Segunda Intifada yo estaba cantando, en la Galilea , por la paz y la sanación de Israel. Pero no era suficiente cantar en el norte, así que nos fuimos hasta el Muro de los Lamentos e hicimos una vigilia y un ayuno de 2 días”.


En el 2001 hubo un encuentro interreligioso en las afueras de Jerusalem organizado por un monje budista que trajo gente de todo el mundo y religiones. A mí me invitó porque había conocido a mi padre. Me integré a la comisión de la visión de donde salió la propuesta de llegar en caravana a Jerusalem desde la Galilea pasando por pueblos judíos y árabes, haciendo campamentos en cada pueblo de modo de arribar a la Ciudad Vieja con gente de todos los sitios y religiones.


“Así que me fui a Maalot Tarshija, una aldea árabe en el norte donde los árabes me increparon preguntándome por qué no empezaba con los judíos. Y me di cuenta que necesitaba un socio árabe.

Yo ya estaba muy entusiasmado con la sulha. Busqué en una guía telefónica organismos de paz, y vi el nombre de Elías Jabbour, en Kfar Ham, quien ya había escrito un libro sobre la sulha. Lo llamé y le dije que quería hablar con él. Me esperó en las afueras de la aldea y le propuse celebrar un Jánuca y fin de Ramadán juntos. Se entusiasmó y me dijo que estaba conmigo. Así empezamos ‘Hacia la Sulha ’.

Dos pueblos desde el corazón

La ‘sulha’ es una forma tradicional de mediación beduina. Cuando dos familias tienen problemas se juntan bajo la coordinación de una o varias personas respetadas por todos quienes tienen que crear las condiciones para hacer la ‘sulha’.
La organización de este argentino, ya compenetrado en los códigos del Medio Oriente, se llama ‘Hacia la Sulha ’ porque “estamos en camino. Una vez que se hace ‘sulha’, se organiza una comida muy grande con cordero, tres tazas de café y una bandera blanca; y una vez que se dan la mano se acabó. En los últimos 300 años no hubo sulha que haya fracasado.


“Nosotros estamos creando la confianza y las condiciones para hacer una sulha, por eso nos llamamos ‘Hacia la Sulha ’: estamos preparando a los dos pueblos para que la gente la apoye desde el corazón”.

“La tradición judía, por otra parte, dice que el juicio se endulza en sus raíces y la raíz del conflicto es en la ciudad vieja de Jerusalem, donde se reúnen las tres religiones. Si logramos endulzar el conflicto desde su raíz irradiaremos esa sanación a otras partes en conflicto del planeta”



A mí me cae tan mal un atentado como una represalia. Pero tiendo a ser positivo porque vengo de una familia rabínica que cree en la era mesiánica personificada en la concientización de los humanos, y no como alguien que va a venir a salvarnos.

Acá todo es muy volátil. Yo creo que todo tiene que ver con la voluntad y la fuerza espiritual de la gente, con rescatar las enseñanzas de las fuentes proféticas y que Israel no sea sólo un exportador de misiles y computadoras, sino también de música.





Al Templo de Salomón llegaba gente de todo el mundo a escuchar a miles de músicos tocando melodías sagradas. Israel era el espejo de la canción divina. Y ese es nuestro destino.

Cuando tenés un enemigo y lo atacás de frente, ese enemigo crece. La idea es respirar y contener la violencia del otro hasta que se calme.

Hasta que los judíos no lloren el dolor palestino y los palestinos no lloren el dolor judío esto no va a parar.

Hay que sorprender a la realidad hasta que cambie. Somos como karatecas que tenemos que entrarle justo por donde no puede defenderse y sorprenderla hasta que cambie.



Al Fatah por ejemplo está pidiendo a ‘El Tarik’ que los ayude con el entrenamiento de líderes y policías jóvenes, líderes de barrios y universitarios. Ellos, hoy, están mucho más politizados que en Israel, donde la gente está agotada de la política.

Estamos trabajando para hacer una conjunción de activistas políticos con otros provenientes de liderazgos del espíritu.
Es muy fuerte ver a ex combatientes israelíes y palestinos rezando juntos en una misma carpa en uno de nuestros encuentros. Estamos creando un microcosmos de lo que puede llegar a ser una sociedad abierta. Y esto no sucede en ningún tipo de demostración política, sino desde un trabajo de base.


Gracias a Tomasito 44

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