jueves, 19 de junio de 2008

La crisis y la refundación de Argentina

¿LA REVOLUCIÓN DE LOS CHACAREROS?


LANACION.com consultó a destacados historiadores que, con matices, destacaron varias características que, afirman, convierten la disputa entre la Casa Rosada y el agro en una crisis que quedará en la historia y que no registra precedentes en la Argentina.

Coincidencias.

Entre ellas, mencionaron que el conflicto, que comenzó como un reclamo sectorial por las retenciones, se extendió a otros sectores, despertó nuevas demandas y tuvo consecuencias impensadas.

Además, que reavivó la discusión sobre el federalismo fiscal y sobre el rol del Congreso y que la contundencia del ataque del Gobierno al campo es inédita.

"Es la primera vez que se pone en cuestión al campo, la principal fuente de riqueza del país, con tanta virulencia. Claro que [la crisis] va a tener
trascendencia. Sin duda, será recordada como uno de los hitos del gobierno kirchnerista y de la historia. Nunca pasó algo parecido", evaluó Félix Luna


Luis Alberto Romero coincidió con Luna en que el conflicto "no es comparable con ninguna otra crisis", pero puso el acento en el impacto que la disputa tiene en el Congreso.

"En la Argentina hay una larga tradición de conflictos sectoriales resueltos directamente entre las corporaciones y el Poder Ejecutivo. La originalidad de este conflicto es que, por primera vez, hay una demanda generalizada de que la crisis se encarrile por los canales de la representación parlamentaria: el reclamo es que, como se trata de una cuestión de impuestos, tiene que discutirlo el Congreso", señaló. Vía parlamentaria. Sólo al filo de los cien días de conflicto, el Gobierno envío al Congreso un proyecto de ley para que la suba a las retenciones, que se decidió por resolución ministerial, sea ratificada por
el Parlamento. No obstante, persisten las dudas sobre la posibilidad de que se abra un verdadero debate.

Romero insistió en que la "búsqueda de salidas parlamentarias" es posible recién ahora y era impensable hace algunos años, porque "la democracia funciona lo suficientemente bien".



Por otra parte, el historiador reparó en cómo el conflicto, originalmente acotado a las demandas del campo, ganó terreno en otros sectores de la sociedad y terminó abarcando otros reclamos.

Según Roberto Cortés Conde, profesor de Economía de la Universidad de San Andrés, las "originalidades" de la disputa con el agro, que la vuelven una crisis sin precedentes, son varias.

Federalismo fiscal.

"Lo primero que despierta el conflicto es algo hasta ahora olvidado: el sentido de federalismo fiscal. Lo que comenzó con la demanda de los ruralistas se convirtió en una reacción a la forma en la que el gobierno central usó los derechos de exportación en los últimos años concentrando una enorme recaudación y distorsionando lo que les corresponde a las provincias por coparticipación",planteó el especialista.


Para el historiador, la crisis también tuvo profundas consecuencias sociales.

"La sociedad empezó a tener una visión distinta de lo que es el campo. Aunque todavía prevalece esa antigua idea de que el campo equivale a la oligarquía vacuna y poderosa, empieza a haber más conciencia de que la mayoría de los hombres de campo no son extremadamente ricos, como pretende transmitir el Gobierno".


Por otra parte, consideró "histórico" que el reclamo contra las retenciones haya unido a entidades con intereses y adherentes tan dispares como la Sociedad Rural, CRA, Coninagro y Federación Agraria.

"Hubiera sido impensado en cualquier otro momento", afirmó.

En el mismo plano ubicó las "reacciones populares en todo el interior" en apoyo al reclamo agrario y la "espontaneidad" que le atribuyó a esas manifestaciones.


Similares.

A la hora de buscar paralelos, Cortes Conde dudó.

"No hay ningún conflicto comparable del todo. El Grito de Alcorta [la rebelión de pequeños productores que dio origen a la Federación Agraria en 1912] fue un movimiento circunscripto a los arrendatarios. También podría citar la rebelión del interior contra Buenos Aires por el monopolio de la Aduana, que terminó con la Batalla de Caseros, pero tampoco fue un conflicto tan masivo como éste", enumeró.

No obstante, hacia el final, encontró un punto de contacto.

"De todas maneras, [la crisis] es comparable con la de la Aduana en el sentido de que existe un reclamo por más federalismo y menos centralismo". Sin duda, este extenuante conflicto formará parte de la historia que leerán las futuras generaciones.


Lucrecia Bullrich

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