domingo, 7 de marzo de 2010

Impactantes innovaciones armamentisticas

La transformación militar de Israel: Robots en el campo de batalla

Por Ora Coren para Haaretz.com

Traducción para porisrael.org : José Blumenfeld

Fuente: Porisrael.org


Con granadas auto detonantes, proyectiles inteligentes y guerreros robot, los seres humanos en el frente, pronto podrían ser una cosa del pasado.

Cuando los ejércitos se enfrenten, en el futuro no muy lejano, armas robóticas operadas a control remoto, lucharan contra el enemigo en tierra, aire y mar, sin ningún soldado humano en ningún lugar del campo de batalla.

Los primeros sistemas robóticos ya están siendo utilizados por las Fuerzas de Defensa de Israel y por otros ejércitos en el mundo, y sólo las limitaciones presupuestarias parecen estar impidiendo que la ciencia ficción se convierta en realidad.

En lugares donde no hay más remedio que enviar tropas, tecnologías de banda ancha que mejoran constantemente, desarrolladas por la industria civil de comunicaciones, servirán como una parte esencial de la infraestructura de todas las fuerzas militares modernas.

Un helicóptero que detecte un movimiento sospechoso en el terreno, por ejemplo, será capaz de transmitir una orden a un avión teledirigido para que fotografíe el sitio y transmita la imagen, en tiempo real, a las tropas sobre el terreno y a los puestos de mando en la retaguardia.

Los soldados serán capaces de marcar su blanco por sus coordenadas y, con láser, hacer que misiles lanzados desde docenas de kilómetros de distancia, sean guiados por sistemas de posicionamiento global, asegurando la exactitud y la destrucción del objetivo.

Los sistemas estarán codificados para evitar la interceptación de la operación por el enemigo. Los satélites espías, que hoy pesan varias toneladas, se reducirán a algo así como entre uno y 100 kilogramos, o menos, con motores del tamaño de estampillas. Los fusiles de infantería serán computarizados y harán fuego en rondas "inteligentes", diciéndoles a los proyectiles cuándo y dónde explotar. Nuevos cohetes serán también capaces de pensar por sí mismos, para mejorar su precisión.

Las industrias militares de Israel, ya líderes mundiales en tecnología de armas, están trabajando intensamente, desarrollando armamento para la década de 2020. El desarrollo de nuevas armas para las FDI, generalmente se lleva a cabo con la asistencia y en coordinación con el sector de investigación y desarrollo del Ministerio de Defensa.

Las demandas de los militares israelíes son la piedra angular de la industria local de armas, y pueden resumirse en dos palabras: la miniaturización y la precisión. La primera permitirá, a las tropas en el terreno, portar más fácilmente sus armas o equipos de comunicaciones, y la última le ayudará a evitar víctimas civiles.

La censura militar impide la divulgación de los dispositivos más interesantes y futuristas de la industria armamentística israelí, pero una buena imagen de lo que puede esperarse, puede ser recopilada usando lo que ya es del dominio público.

Precisión de cabeza de alfiler

"El Protector, que ya estamos comercializando, es un barco que navega por todas partes, en toda clase de lugares, sin un alma viviente a bordo", dice Roni Postman, vicepresidente de investigación y desarrollo de Rafael Advanced Defense Systems. "Puede acercarse hasta un barco de terroristas, dirigirse a ellos por medio de un altavoz, y abrir fuego contra él. En el pasado, una cosa como ésta, requería una embarcación con siete u ocho tripulantes que estaban en constante peligro. Este tipo de control remoto, es una de las más claras características del futuro campo de batalla. Va a ser un campo de batalla desprovisto de tropas, con vehículos haciendo lo que, hasta ahora, han hecho los soldados”.

Barcos no tripulados, vehículos terrestres y aeronaves, serán a control remoto o funcionarán de manera autónoma, preprogramados para llevar a cabo una misión de principio a fin, tales como llegar a un bunker enemigo, transmitir una fotografía al puesto de mando, lanzar un proyectil sobre el bunker, y regresar, o explotarse a sí mismos para destruir el objetivo y a la gente en su interior.

Otra característica de las armas, actualmente en proceso de desarrollo, es la precisión de cabeza de alfiler para la guerra urbana, especialmente en un mundo que se ha convertido en menos dispuesto a aceptar los "daños colaterales".

"Mientras que, hasta hace una década, los aviones dejaban caer bombas que destruían todo en un radio de 20 o 30 metros, sin ningún tipo de restricciones, con el objeto de alcanzar un determinado blanco, hoy todo eso terminó", dice Postman. "Estamos trabajando en las aptitudes que harán posible colocar un misil, lanzado desde 70 kilómetros, a través de una ventana específica de una casa. Es también una cuestión de costos. Los ejércitos pagarían mucho por un misil, sólo si estuvieran seguros de que golpearán sobre el centro del blanco".

Además de estos requisitos, las armas del futuro también serán más eficientes en términos de la artillería que lancen cobre el blanco. Ya no se utilizará la misma bomba, o el misil, para dispararla contra un hombre en una bicicleta o contra un edificio de tres pisos.

Las fuerzas estarán equipadas con lo necesario para ser utilizado contra determinados objetivos, y no simplemente con "el mínimo común denominador ", dice Postman.

Por otra parte, Rafael también está desarrollando sistemas multiplataforma para los ejércitos que buscan reducir costos. Por ejemplo, una meta es un misil que pueda ser disparado desde un helicóptero, un avión de ala fija, un barco o un vehículo terrestre y que pueda destruir tanques y estructuras por encima de la superficie de la tierra y también bunkers.



"La tendencia a la miniaturización que se ha apoderado del mercado civil, permite la introducción, en los sistemas militares, de cosas que ni siquiera podíamos soñar antes, debido a su tamaño, peso y volumen", dice Postman. "Esta es una tendencia mundial y los futuros campos de batalla estarán llenos de armas y otros artículos que serán mucho más pequeños de lo que lo han sido hasta ahora. Por ejemplo, algo que hoy en día es de un metro cuadrado se reducirá a cinco centímetros cuadrados. Esto es especialmente útil en los vehículos aéreos no tripulados, cuya capacidad de transporte de peso está limitada por el tamaño de sus motores, la cantidad de combustible que pueden transportar y las altitudes que deben alcanzar. Cada gramo cuenta. Si son cargados con sistemas pesados, no serán capaces de llevar a cabo sus misiones".

Israel Aerospace Industries (IAI), por ejemplo, ha desarrollado el Mosquito, una aeronave no tripulada con una envergadura de 40 centímetros y un motor silencioso, que puede ser lanzado desde el hombro de un solo soldado. Incluso este dispositivo puede ser reducido, si los militares así lo requirieran.

Micro-satélites y la nanotecnología

El futuro campo de batalla incluirá también al espacio exterior. Tecnología GPS, abastecida por satélites, ya se ha convertido en un elemento fundamental de los futuros sistemas militares. Además, la capacidad para dotar a los satélites con un radar, producido por IAI, que ve a través de las nubes, le permitirá a cada comandante en el terreno, obtener, de día y de noche y en cualquier condición meteorológica, una foto de su objetivo.

Además, armas ubicadas en el espacio, o en satélites, también servirán como un componente en los proyectos para la destrucción de los misiles de largo alcance de los enemigos distantes que enfrentan a Israel, tales como Irán. Y, cuando los satélites se conviertan en un medio fundamental en las operaciones militares, la defensa de los mismos será tan crítica, que convertirá a las guerras espaciales en un desarrollo realista.

Israel es uno de los siete miembros del club de países que han demostrado su capacidad independiente para poner satélites en órbita, junto con Estados Unidos, Rusia, India, China, Japón y Europa Occidental - que tiene un programa espacial unificado, basado en las aptitudes francesas. Irán, recientemente, también ha demostrado una capacidad preliminar para lanzar satélites.

Los satélites de Israel son todos fabricados por IAI, e incluyen las plataformas de observación óptica y radar, así como también satélites de comunicaciones. Los ingenieros de IAI están trabajando en tecnologías para futuros satélites, que van desde materiales de construcción hasta diseños de avanzada que permitirán, por ejemplo, la instalación de antenas con un radio de decenas de metros en el espacio.

Tales antenas podrían dar lugar a una revolución en las avanzadas comunicaciones satelitales.

Al mismo tiempo, IAI está trabajando en el desarrollo de sistemas integrados de hasta 10 satélites más pequeños, que mejorará la intercomunicación satelital y los datos recogidos por las estaciones terrestres.

"Dentro de este grupo de tecnología inteligente, estamos en segundo lugar, sólo detrás de Estados Unidos y, en ciertos nichos, somos aún el número uno, especialmente en mini-satélites de observación", dijo Isaac Ben-Israel, presidente de la Agencia Espacial de Israel, refiriéndose a un satélite de observación desarrollado por IAI y Rafael, que también sirve para fines de espionaje y pesa 300 kilogramos. La contraparte estadounidense pesa tres o cuatro toneladas.

La necesidad de reducir el tamaño del satélite surgió del hecho que, a diferencia de otros países que lanzan sus vehículos orbitales hacia el este y, por lo tanto, tienen la ventaja de la velocidad de rotación de la tierra, Israel los lanza hacia el oeste, por razones de seguridad regional, en contra de la dirección de rotación de la tierra. Como resultado, los lanzamientos de Israel pierden una gran cantidad de energía.

La solución fue reducir el tamaño del satélite y el de todos sus componentes, el de su motor y el de los instrumentos fotográficos.

"Nuestra capacidad de miniaturización proviene de los requisitos de seguridad", dice Ben-Israel. "Ha sido reforzada después de la firma del tratado de paz con Egipto, ya que, irónicamente, fue entonces que nos vimos incapacitados de enviar aviones en misiones de fotografía aérea al Sinaí, para comprobar allí el despliegue de fuerzas".

Lanzar un satélite de 250 kilogramos cuesta, estimadamente, $ 75 millones, mientras que el propio satélite cuesta entre 100 y 200 millones, dependiendo de su carga útil.

Tienen una duración de seis o siete años en el espacio. El desarrollo de las amenazas en curso requiere mejoras tecnológicas.

"Queremos pasar a satélites que pesen menos de 100 kilogramos", dice Ben-Israel. "De esa manera, el obstáculo del lanzamiento será eliminado. Hoy en día, para lanzar un satélite a la velocidad adecuada, es necesario un cohete caro. Si fuera posible lanzarlo desde un avión caza a reacción, por ejemplo, sería una propuesta mucho más fácil. Sería posible colocar satélites en órbita por mucho menos dinero y en cualquier momento. En estos días, está comenzando a ser posible".

La próxima generación de satélites, actualmente en desarrollo, tendrá un peso de diez kilogramos (micro-satélites) o un kilogramo (nano-satélites) e, incluso, algunos hablan de unos aún más livianos. Orbitarán a una altitud de 500 kilómetros sobre la superficie terrestre. Ben-Israel dice que una manera de poner en órbita un satélite de 100 kilogramos, sin que pierda ninguna de sus capacidades operativas, es dividirla en 10 unidades, cada una con un peso de 10 kilogramos.

Pero se debe desarrollar una tecnología que le permita a cada parte colocarse en la posición correcta después del lanzamiento, tras lo cual continuarán orbitando juntos, como un grupo.

"Ese es el rumbo que se ha tomado", dice Ben-Israel. "De esta forma, cada parte puede ser disparada desde un avión por separado, e incluso en diferentes momentos, y, de esta manera, instalar el satélite en el espacio a lo largo de una semana".

Postman, de Rafael, cree que un satélite que pese menos de 100 kilogramos tendrá un costo ocho a 10 veces menor que uno de gran tamaño. "Debido a que costará menos, será posible la ubicación de una formación de 10 satélites en el espacio, y el de regular el tiempo de sus órbitas de tal manera, que será posible mantener una vigilancia ininterrumpida de 24 horas sobre el enemigo", dice.

El principal problema con los microsatélites, es que su vida útil en el espacio es más corto que el de los más grandes en, aproximadamente, uno o dos años. Sin embargo, debido a los costos relativamente más bajos, a su juicio, ésta será la dirección que adoptaran muchos estados que buscan hacer uso de satélites de observación.

"Creo que Israel llevará estas buenas noticias al mundo, ya que éste requiere miniaturización de las comunicaciones y propulsión eléctrica, que no todos los países son capaces de hacer".

Pequeñas maravillas de un país pequeño

Incluso sin la miniaturización, Israel posee tecnologías únicas que pueden mejorar los futuros satélites. Elbit Systems está trabajando en un sistema óptico avanzado, que será capaz de transmitir imágenes en colores y que será capaz de funcionar por la noche. Además, el radar de IAI mejorará la resolución de las imágenes. Hoy en día, pueden encontrarse en el mercado imágenes satelitales con una resolución de 70 centímetros.

Israel ya dispone de tecnologías para fotografía satelital con mayor resolución, y se espera que aún mejoren. Los logros de la tecnología espacial israelí se reflejan tanto en el proyecto MSAR (radar de apertura mini sintética) de la agencia espacial NASA de USA, como en el proyecto Venus francés.

"La MSAR es una misión llevada a cabo por la NASA con el fin de mapear la superficie del planeta Venus, para ver si será posible aterrizar ahí en el futuro", explica Ben-Israel.

Venus está rodeada de nubes de gases tóxicos, y el proyecto requiere de un radar de apertura sintética que pueda tomar fotografías a través de la niebla, el polvo y la oscuridad. Hay siete países capaces de desarrollar sistemas de radar de abertura sintética, y uno de ellos es Israel, a través de ELTA, una subsidiaria de IAI. La capacidad de miniaturización de Israel también fue útil en este proyecto.

El radar satelital estadounidense pesa cuatro toneladas, y el satélite de Venus debe ser relativamente liviano, por lo que la NASA llevó cabo una licitación que fue ganada por el IAI contra gigantes aeronáuticos como Lockheed Martin y Northrop Grumman.

La NASA está evaluando si lanzar satélites a Venus o Marte, u otros planetas, ya que no puede permitirse el lujo de hacerlo a todos ellos simultáneamente.

"Si la misión a Venus es la que está presupuestada, en cinco años veremos las primeras fotografías de ese planeta, desde un satélite que, aparentemente, será construido completamente en Israel, debido a nuestras habilidades únicas en miniaturización", dice Ben-Israel, agregando que Northrop Grumman será el comercializador del proyecto.

El soldado del futuro

¿Cómo será la próxima guerra? ¿Se librará en la tierra, tanque contra tanque, como las guerras anteriores? ¿Se librará contra organizaciones terroristas? ¿O contra la amenaza de misiles de largo, mediano y corto alcance?

"Desde el punto de vista de Elbit Systems, la vida es compleja y la respuesta debe ser encontrada para Irán, para los terroristas en Gaza y también para Siria", dice Haim Rousso, vicepresidente de excelencia tecnológica e ingeniería de Elbit. "La inteligencia siempre será necesaria, tanto en tiempos de paz como de guerra, por lo que nosotros, en Elbit, trabajamos constantemente en los desarrollos en esa esfera, desde satélites hasta sistemas tácticos sobre el terreno".

Él dice que los sistemas están evolucionando en la dirección de dar información en tiempo real, con capacidad de análisis y actuación, lo que permite responder de inmediato.

Para hacer frente a los desafíos que emanan de Irán, Siria y el Líbano, Elbit está trabajando en el perfeccionamiento de su cámara multiespectral, dice Rousso.

"En el mundo de la seguridad lo que se busca son los objetivos camuflados; se quiere ser capaz de distinguir entre lo que es real y lo que sólo parece un objetivo, de encontrar cosas que están enterradas bajo el suelo", dice. "Así que no nos preguntamos qué es lo que el ojo puede ver, sino, más bien, cuál es el color o la combinación de colores que se busca. El gran desafío es construir una cámara, de tamaño y precio razonables, que pueda ser transportada en una complicada plataforma y que nos diga con precisión qué colores encontrar - primero el color A, después el color B. Otro desafío es construir un banco de objetivos, para comprender aquello que nos interesa, y cuál es la signatura espectral del objetivo. Esto implica investigación, recopilación y construcción de bases de datos, ya que los colores cambian en diferentes condiciones meteorológicas, por ejemplo. Esta cámara será capaz de ver cosas que ningún otro instrumento, hoy en día, puede ver. Esperamos que esto sea un elemento clave del futuro campo de batalla."

La demanda de la institución de defensa de productos que sean livianos, pequeños y no demasiado caros, es función de la naturaleza de la guerra terrestre, que seguirá manteniendo a las fuerzas militares ocupadas durante años. Requerirá la miniaturización en óptica, electrónica y abastecimiento de electricidad.

"Queremos darle a cada soldado la capacidad para identificar blancos y otros objetos, y para comunicarse con el mundo entero, y cuando se trata de cantidades tan grandes de equipos, el precio se convierte en un elemento significativo", dice Rousso. "Todo el mundo - Estados Unidos, Europa, Australia - está ocupado trabajando en el soldado del futuro. En la guerra contra el terrorismo, un conflicto de baja intensidad, cada soldado recibe una gran cantidad de peso. Necesita los medios para hablar con el sistema, para obtener una imagen y para transmitir datos. Tecnológicamente hablando, cada soldado es un sensor y una plataforma".

Rousso dice que la nanotecnología está en camino.

"No fue desarrollada para los militares, pero la evolución prevista de la próxima década podría provocar una revolución. Es por eso que estamos estudiando esa tecnología y sus aplicaciones militares. También nos interesan los mini robots que pueden introducirse en túneles o edificios y desplazarse en el interior, mapeando y transmitiendo imágenes. Ya existe pero, a largo plazo, será afinado y su uso se incrementará. Elbit ha desarrollado el robot Viper, y ya estamos hablando de una familia de robots más pequeños. En la esfera de los aviones no tripulados, también estamos hablando acerca de las mejoras en curso de los materiales de construcción, de la aerodinámica, de la capacidad de permanencia por más tiempo en el aire, a mayores altitudes y con mejor maniobrabilidad.

Además de sus vehículos aéreos no tripulados, tanto Elbit como Rafael han desarrollado zánganos marinos; IAI y Elbit, desarrollaron vehículos terrestres no tripulados que llevan a cabo misiones preprogramadas, a diferencia de los robots por control remoto.

El objetivo es dar a los vehículos un cierto grado de inteligencia artificial que les permita reaccionar como conductores humanos en los casos en que se encuentren con obstáculos imprevistos en el camino, tales como grandes charcos de agua. Estos vehículos poseerán también una capacidad de ataque.



"Aparentemente, pasarán muchos años antes de que estas cosas sean realmente construidas", dice Rousso. "Pero hoy ya tenemos sistemas inteligentes que saben cómo identificar los peligros y pensar lo que hay que hacer para enfrentarlos. Se requiere de inversión en tecnología de inteligencia artificial, en visión computarizada y en navegación precisa".

La amenaza distante

Actualmente, el objetivo de IAI es darle a los soldados en el terreno la capacidad que actualmente está sólo disponible para la fuerza aérea, dice el vicepresidente de la empresa para investigación y desarrollo, Dan Peretz, quien agregó que IAI se ha movido desde la producción de armamento tradicional, más hacia los avanzados sistemas integrados.

El GPS está siendo utilizado por primera vez, a través de la miniaturización, para la próxima generación de cohetes inteligentes, haciéndolos más precisos.

"La precisión no es más función del alcance. El mismo grado de precisión se puede tener tanto a 250 kilómetros como a 10 kilómetros", dice Peretz. "Y cuando tengo un sistema preciso, ya no necesito más una gran cabeza de misil, porque golpeó al objetivo justo en el clavo. Ya hay algunos misiles de precisión, pero son caros. La introducción del GPS en la guerra ya ha comenzado en Estados Unidos, en el ámbito conocido como sistemas guiados de lanzacohetes múltiples. Permite a las fuerzas bajo fuego devolver el fuego sin pedir apoyo aéreo, como hicieron los estadounidenses en Irak”.

El Tzayad (en hebreo "cazador"), sistema en uso en el ejército israelí, desarrollado por Elbit, hoy en día le permite a un comandante en el terreno, que dispone de una computadora portátil, obtener una imagen de un UAV y pedir fuego de helicópteros. El nuevo sistema de IAI será capaz de indicar las coordenadas del blanco, permitiendo atacarlo desde la retaguardia con misiles inteligentes.

El sistema incluye cohetes guiados por GPS o buscadores láser.

"Pongo un punto de láser sobre un blanco, y un sensor láser en la cabeza del cohete que puede buscarlo", dijo Peretz. "Hay sistemas, hoy en día, que trabajan con detectores láser - los precisos misiles inteligentes. Ahora también habrá cohetes guiados por láser".

Lev Tahor ("corazón puro") es una granada de mortero inteligente. Lleva un equipo GPS y puede hacer lo que, hasta ahora, sólo los misiles podían hacer, pero es 10 veces más chico.

"Somos los primeros en el mundo que han adoptado un sistema detector de láser para cohetes, los primeros en el mundo en disparar granadas de mortero que son guiados por GPS", dijo Peretz. "Estamos desarrollando la capacidad para alcanzar blancos con la primera granada, sin golpear en un blanco equivocado".

Peretz dice que IAI está colaborando con la empresa estadounidense Raytheon para vender los sistemas a los militares de USA; las primeras pruebas están previstas para 2010.

"En cinco años, esta tecnología se dará por sentada", dice.

Otro desarrollo que la miniaturización ha hecho posible es Refaim ("fantasma") que consiste en el acondicionamiento sobre un fusil, del sistema de control de fuego de un tanque, permitiéndole calcular la distancia de un objetivo y ordenándole al proyectil que dispara, donde explotar a fin de que haga el mayor daño.

Por ejemplo, se le puede decir a una granada que explote en un punto por encima del personal enemigo, escondido detrás de una pared.

"El sistema Refaim incluirá un círculo de 40 mm que contiene una computadora y puede ordenar que estalle en el aire en un determinado ámbito, que explote al contacto, o que explote después del contacto. Si quiero disparar adentro de una habitación, le diré que explote tres metros después de pasar a través de la ventana, con el fin de matar a la gente adentro. También puede autodestruirse, a fin de no dejar explosivos peligrosos en el suelo si no alcanzó el blanco".

El Primer Ministro Benjamín Netanyahu, a menudo menciona la amenaza distante que enfrenta Israel, o el "tercer círculo " de enemigos, que no están adentro o son fronterizos con Israel, como Irán.

IAI continúa desarrollando aviones no tripulados y está transitando por las nuevas tareas que le ha asignado el organismo de defensa, incluyendo el manejo del tercer círculo.

Además, el único radar que atraviesa la niebla y el polvo, en el futuro, será miniaturizado, para que tenga más aplicaciones y sea más preciso y capaz de identificar las fuentes de los disparos dentro de los círculos primero y segundo, en todas las condiciones meteorológicas.

Fuentes del organismo de defensa dicen que IAI está dirigiendo la mayor parte de sus recursos para hacer frente a las amenazas del tercer círculo, primero y principalmente, a un sistema Arrow avanzado para la intercepción precisa de misiles de largo alcance. El Arrow abandonará la atmósfera terrestre y entrará al espacio exterior, utilizando tecnologías innovadoras para localizar su objetivo y destruirlo.

Para hacer frente a enemigos distantes, el organismo de defensa debe desarrollar artefactos livianos y precisos, que puedan ser transportadas por aviones pequeños o en el jet estadounidense F-35, actualmente en desarrollo, que tiene notables propiedades sigilosas, pero es relativamente pequeño.

La Marina de Israel no queda fuera de la planificación para el futuro, y sus buques serán equipados con un nuevo sistema misilístico antiaéreo, que IAI está desarrollando en colaboración con India, integrado con sistemas avanzados de radares y de control de fuego. Los submarinos también tendrán un papel clave en las guerras del futuro, y estarán equipados con la tecnología que les permita permanecer bajo el agua durante períodos más largos y con nuevas capacidades de ataque.

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