sábado, 29 de diciembre de 2007

El Jihad (3) - La muerte

La cultura de muerte

El 16 de febrero del 2003, un portal islamista publicó el contenido de una cinta de audio de un sermón de Osama bin Laden. El sermón creó naturalmente una conmoción en los medios de comunicación. Se prestó particular atención a la última frase, que era especialmente curiosa y algo alarmante. En esta frase, bin Laden citó unas cuantas líneas de un poema:


"O Señor, cuando la muerte llegue, permítele no venir en un féretro cubierto con mantas verdes,


Más bien, permite que mi tumba sea en el vientre de un águila, tranquilo en el cielo, entre águilas que vuelan".




Varios comentarios aparecieron en los medios de comunicación por expertos en varios campos - tales como especialistas del Medio Oriente, expertos en inteligencia, expertos en contra-terrorismo y así sucesivamente - que propusieron diferentes interpretaciones. Algunos sugirieron que estas palabras indican un inminente ataque aéreo, a lo largo de las líneas del 11 de Septiembre, con el águila simbolizando el avión secuestrado que sobrevolaron los terroristas suicidas. Otros mantuvieron que el águila no simbolizó el ataque sino el blanco del ataque - no el avión, sino los Estados Unidos, cuyo emblema es un águila. Algunos denominaron este sermón "la declaración de bin Laden" basado en una aparente referencia al deseo expresado por el entierro en "el vientre de un águila".


Estas interpretaciones, sin embargo, están muy fuera de la marca. Cuando nosotros en MEMRI tradujimos el sermón en su totalidad, estuvo claro que bin Laden ni se estaba refiriendo a un águila americana ni a un avión secuestrado. El poeta citado por bin Laden anhela morir la muerte de un héroe al igual que un shahid (mártir) en el campo de batalla y ser consumido por un águila, que lo llevará luego al cielo, dónde alcanzara el trono de Alá. El árabe del siglo octavo que fue el autor del poema era miembro de una secta militante fanática del Islam. [17]


He mencionado el sermón de bin Laden para resaltar dos características centrales del moderno jihadista del Islam. La primera es la identificación con las generaciones tempranas del Islam, los primeros cientos años de su historia islámica. Es imposible entender al Islam extremista contemporáneo si uno no lo considera como un movimiento religioso cuyos miembros se esfuerzan por seguir la tradición del Profeta Muhammad y sus compañeros en este período temprano del Islam. Creen que si ellos actúan por fe y prontitud por el auto-sacrificio, al igual que los guerreros islámicos de la era del Profeta, prevalecerán sobre ejércitos superiores a ellos en ambos números y equipos. Los comienzos del Islam - la era de las conquistas de largo alcance del Islam - es la era ejemplar del Islam y la fuente de su inspiración.


Otro motivo que corre por esta parte del sermón de bin Laden es la muerte por la causa de Alá. Éste también es un motivo prominente en el Islam jihadista, que es manifestado, en el lema del movimiento de Hamas: “Alá es nuestra meta, el Mensajero nuestro modelo, el Corán nuestra constitución, jihad nuestro camino, y el martirio por la causa de Alá nuestra aspiración". En una ceremonia de fin de curso en un jardín de infantes de Hamas en Gaza, los niños, vestidos en uniforme de camuflaje, cantaron esta consigna con entusiasmo. [18]


Los fanáticos islámicos se jactan de su “amor por la muerte”, contrastándose a si mismos con sus enemigos (en particular los judíos), quiénes aman la vida. En este contexto, ellos citan frecuentemente las palabras habladas por el comandante militar musulmán Khaled bin Al-Walid a un comandante persa en vísperas de la batalla entre los musulmanes y los ejércitos persas: “Estoy trayendo conmigo a guerreros que aman la muerte, mientras tu amas la vida". [19]


Reacciones a la caída del poder musulmán


La creencia engranada en la superioridad musulmana fue seriamente sacudida durante el siglo 19, cuando el Imperio Otomano sufrió una serie de derrotas a manos de los rusos, y cuando varias tierras gobernadas por musulmanes cayeron bajo mandato de los no-musulmanes: Argelia y Túnez fueron conquistadas por los franceses, Egipto y Sudán por los británicos, y la mayoría de los países balcánicos lograron su independencia de los Otomanos. En la Primera Guerra Mundial, el Imperio Otomano fue totalmente derrotado por los poderes cristianos, y como consecuencia, en 1924, el líder secular reformista de Turquía Kemal Ataturk abolió el Califato. A los ojos del musulmán, aparentaba que la historia se había desviado de su curso predestinado. [20]


Fue el reconocimiento perturbador de que el poder musulmán era inferior al de Europa, al de Occidente, o al de la cristiandad (sin embargo el "otro lado" es percibido) como el que formó la perspectiva de los intelectuales musulmanes modernos, ambos extremistas y moderados. La pregunta que enfrentaron, y que continúan enfrentando, los intelectuales árabes y los líderes políticos fue cómo los pueblos árabes que constituyen el corazón del Islam ambos histórica e ideológicamente, pudieran recobrar su justo lugar en la historia.


Las respuestas ideológicas y políticas a esta pregunta son de dos tipos. Primero, existen las respuestas propuestas por la escuela islamista de pensamiento. Los islamistas argumentan que el declive en el poder musulmán no provino de ninguna falla en el Islam, sino del hecho que los musulmanes habían abandonado el Islam. Su máxima fue: No hay ninguna falta en el Islam; la falla yace en los musulmanes". Según ellos, cuando los musulmanes regresen al Islam de originen y puro, todos los males de la sociedad musulmana desaparecerán, y la nación musulmana, liderada por los árabes bajo el estandarte del Islam, estará en una posición de cumplir su misión histórica. Ellos llaman al regreso al Islam de las generaciones tempranas, conocidos en árabe como al-salaf. Esta corriente es por consiguiente llamada "Salafi Islam". La corriente salafi es representada en el mundo árabe por dos movimientos: El primer movimiento es el wahhabismo, fundado por Muhammad ibn 'Abd al-Wahhab (1703-1792) a mediados del siglo 18, el cual es la escuela dominante del Islam en Arabia Saudita; el segundo movimiento es la Hermandad Musulmana, establecida en 1928 en Alejandría, Egipto que también tiene hoy día ramas en otros países árabes.


Respuestas de diferentes tipos fueron propuestas por la escuela nacionalista de pensamiento. [21] El concepto de nacionalismo tomó raíz en el mundo árabe en general, y en Egipto en particular, en dos formas diferentes: el nacionalismo local, definido por el país, y el nacionalismo pan-árabe, basado en la unidad del idioma y la cultura a lo largo del mundo árabe. En la contienda entre el nacionalismo local, nacionalismo de un solo estado y el nacionalismo pan-árabe, el último tuvo una mucho más fuerte atracción, debido a la conexión cercana entre la identidad árabe y el Islam. Los defensores del pan-arabismo creyeron que la unificación de todos los árabes les permitiría a los países árabes recobrar su lugar justo en la historia. La influencia del pan-arabismo creció después de la Segunda Guerra Mundial y llegó a su pico en los años cincuenta. El socialismo árabe de Gamal 'Abd Al-Nasser y el movimiento Ba'th estaban ambos basados en el concepto de nacionalismo pan-árabe al igual que la fundación de la identidad colectiva de los árabes. Las diferencias ideológicas y políticas entre los nacionalistas por una parte y el salafistas por la otra (ambos wahhabis y la Hermandad Musulmana) eran inmensas.


Salafismo - ambos el de los wahhabis y el de la Hermandad Musulmana - derivan su inspiración de los trabajos del estudioso del siglo 14 Ibn Taymiyya, quien llamó a purgar al Islam de todas las impurezas, enfatizando la centralidad del jihad como una obligación personal de todos y cada uno y de los musulmanes en tiempos cuando el Islam esté bajo amenaza. Según Ibn Taymiyya, un gobernante musulmán que comete graves pecados o aplica leyes extranjeras (e.d., leyes no-islámicas) no es nada mejor que un apóstata (murtadd) y debe dársele muerte. Ahora, la guerra contra tales gobernantes es un deber religioso, es decir el jihad. [22]


La Guerra de los Seis Días en 1967, trayendo consigo el colapso de la visión nasserista, fue un evento cataclismico para los árabes: una derrota absoluta, que naturalmente tuvo importancia religiosa. Hasta donde les concernía a la Hermandad Musulmana y a otros islamistas, el colapso de los ejércitos árabes, aunque penoso, fue entendible e incluso justificado. A sus ojos, fue el castigo de los árabes por haber abandonado el Islam, y ofreció una oportunidad para el arrepentimiento y la rectificación. Para la Hermandad Musulmana y los otros islamistas, el desastre militar de 1967 - más aun que la derrota de 1948 - demostró la inutilidad del nacionalismo árabe secular, Nasseristas y Ba'athistas por igual. La consigna "Islam es la solución" estaba ahora siendo proclamada con mayor fuerza. Pero la manera hacia el implementar esta consigna en la práctica no había sido encontrada todavía. Los islamistas tenían gran dificultad en mantener sus propios ideales cuando se referían al jihad contra los infieles dentro y fuera del mundo musulmán. Este tomó circunstancias históricas únicas para provocar el retorno del jihad.

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